El cuidado de la piel es el cuidado de la salud
«Cosmética curativa según Elisabeth Sigmund».

«El señor Kossmann (...) me escribió y me preguntó si tenía ideas para un cuidado de la piel que cumpliera con los principios de WALA. Me advirtió (...) que tendrían que ser, eso sí, “ideas” muy especiales». Esto es lo que Elisabeth Sigmund (1914-2013) relataría muchos años después de haber desarrollado junto con WALA la cosmética Dr. Hauschka. Y, sí, ¡sus ideas eran muy especiales! Y encajaban tan bien con los principios de WALA, que se incorporó inmediatamente al equipo de desarrollo de WALA en 1962.

 

Por aquel entonces, WALA fabricaba exclusivamente los medicamentos WALA, en los que los extractos de plantas medicinales, extraídos en forma acuosa y ritmizados, activan el poder autocurativo del cuerpo. Para ello, el Dr. Rudolf Hauschka (1891-1969) había desarrollado un proceso único para extraer los principios activos de las plantas sin emplear alcohol. Además, el fundador de WALA, originario de Viena, llevaba mucho tiempo pensando en una cosmética especial, adaptada a sus ideas empresariales y que complementaría la gama de medicamentos de WALA, ya existente desde 1935, en el área del cuidado de la salud. Y entonces conoció, en el momento más oportuno, a la investigadora, desarrolladora, enfermera de la Cruz Roja y cosmetóloga Elisabeth Sigmund, quien, además, había estudiado algunas asignaturas de medicina.

Desde su juventud, Elisabeth Sigmund se había dedicado al teatro y a la estética, investigando también sobre plantas medicinales efectivas para el cuidado de la piel. Sus intereses inspiraron la base de la cosmética holística que desarrolló en los años 50 en Suecia. Desarrollo también el tratamiento cosmético holístico con estimulación linfática mediante pinceles y el asesoramiento sobre estilo de vida y autocuidado. Sabía que las personas, además de la exterior, también necesitan una belleza interior. Elisabeth Sigmund se llevó sus fórmulas y tratamiento cosmético a WALA. En su equipaje también portaba su concepto de cuidado nocturno libre de grasa y la percepción de los tipos de piel como cuadros cutáneos capaces de transformarse con la ayuda de los cosméticos adecuados. «El tratamiento corporal y el cuidado del rostro es CUIDADO DE LA PIEL; el cuidado de la piel es la terapia de uno de nuestros órganos más importantes: el manto protector de nuestro cuerpo físico», dejó escrito. Con sus ideas encajaba excepcionalmente bien en WALA, que aspiraba a conservar la salud de las personas con su línea cosmética. No es casualidad que los productos recibieran el nombre de «Cosmética curativa Dr. Hauschka según Elisabeth Sigmund» cuando se lanzaron en 1967, pasando a denominarse Cosmética Dr. Hauschka a partir de 1978.

Encontrarás más información sobre Elisabeth Sigmund en este folleto.

 

 

Entrevista con el Dr. Florian Öxler

director del Archivo corporativo histórico de WALA Heilmittel GmbH, acerca de Elisabeth Sigmund y la cosmética curativa  

 

Señor Öxler, WALA fue fundada en 1935 para fabricar los medicamentos WALA. ¿Qué movió al fundador, el Dr. Rudolf Hauschka, a desarrollar una cosmética natural?

En primer lugar, el cuidado de la salud. Ya en los años 50 se había decidido en WALA que se desarrollaría una cosmética complementaria como apoyo para los medicamentos.  

¿Cosmética para el cuidado de la salud? ¿En qué sentido?

Se trataba de una cosmética con unas expectativas muy altas. Debía seguir los mismos principios que los medicamentos WALA, que activan el poder autocurativo del cuerpo, armonizando las funciones corporales y fortaleciendo las defensas. La nueva cosmética «WALA» debía estimular la actividad propia de la piel, el mayor órgano del ser humano, y así ejercer un efecto positivo sobre su salud holística. 

¿Fue inusual lanzar al mercado una cosmética natural en 1967?

Esa pregunta, en realidad, no tiene respuesta. Por aquel entonces no existía una sensibilidad por parte del consumidor hacia este tema. El concepto de «cosmética natural» no se conocía todavía. De hecho, no existía. Por ello, en 1967 no existía ni una etiqueta o sello de cosmética natural. Para WALA, la prioridad era desarrollar una cosmética que estimulara la actividad propia de la piel. Como base, sustancias naturales con la menor alteración posible. El objetivo, una cosmética curativa y bien tolerada. El efecto, necesariamente, una cosmética natural. It happened to be, como se suele decir.

Entonces, ¿podría decirse que Dr. Hauschka fue un adelantado a su tiempo al desarrollar su línea cosmética, creando una cosmética natural en el proceso?

Efectivamente, fuimos pioneros en el campo, en el contexto de la cosmética de aquella época. La cosmética natural como tal se desarrolló mucho más tarde, podemos decir que nosotros hemos tenido suerte, porque las necesidades del mercado podrían haberse desarrollado de forma totalmente diferente. Sin embargo, nosotros, ya por aquel entonces, desarrollamos nuestros productos pensando en las personas, y no en el mercado. Siempre hemos ofrecido cosmética natural, incluso cuando nuestros productos no se concebían como tal: fueron concebidos pensando más bien en la persona y pretendían aprovechar el poder curativo de la naturaleza para el cuidado de la piel.

¿Por qué era tan importante para el Dr. Hauschka recurrir al poder curativo de la naturaleza? Los productos cosméticos de la época a menudo empleaban sustancias sintéticas, podría haberse seguido ese modelo.

Es un impulso que ya existía cuando Rudolf Hauschka desarrolló sus medicamentos WALA, en los años 30, también elaborados con sustancias naturales como, por ejemplo, plantas medicinales y minerales. Sus ideas fueron en paralelo con la transformación social de aquellos años: entre la industrialización y urbanización crecientes, los comienzos de la producción en masa y los abonos químicos en la agricultura surgieron muchos movimientos alternativos. Como respuesta a esa transformación, apareció el movimiento a favor de la naturaleza, el aire libre, el fortalecimiento físico, la alimentación sana y la naturopatía. El vegetarianismo, los huertos urbanos, la agricultura Demeter y los Wandervögel, o pájaros errantes, fueron todos movimientos de aquellos años, con Sebastian Kneipp y Rudolf Steiner como dos de las figuras de la época. Desde ese punto de vista, Rudolf Hauschka era un niño de su época.

 

 

 

 

La primera crema para el cuidado de la piel Dr. Hauschka data en realidad de los años 30. ¿Qué nos puede contar de ella?

Rudolf Hauschka trabajaba entonces como desarrollador e investigador en el Instituto Clínico-Terapéutico de Arlesheim, en Suiza. Allí desarrolló, entre otros, una crema sencilla para la piel, una especie de crema base con gel de sílice, cera de abejas y aceite de semilla de albaricoque, supuestamente para su uso en la clínica. La idea de cuidar la salud de las personas con un enfoque holístico y emplear un tratamiento cutáneo adecuado era algo que Rudolf Hauschka ya tenía en mente en 1935, el año de fundación de WALA. Sin embargo, siendo químico, cuando en los años 60 quiso comenzar con el desarrollo de una serie al completo, echó en falta contar con conocimientos y experiencia en materia cosmética. Sus cremas surtían efecto médico, pero no cosmético, como ocurrió, por ejemplo, con una especie de crema de rosas que desarrolló. Por eso se recurrió a conocimiento experto externo...  

... Que llegó de la mano de la investigadora, desarrolladora y cosmetóloga vienesa Elisabeth Sigmund. ¿Podríamos llamarla cofundadora de la Cosmética Dr. Hauschka?

¡Desde luego! A ella le debemos, por ejemplo, la variante cosmética de la Crema de Rosas, y mucho más. En los años 50 y desde su propio instituto cosmético de Estocolmo Elisabeth Sigmund desarrolló un tratamiento cosmético holístico y una cosmética holística a base de plantas medicinales, lo que hoy día denominamos una cosmética natural. En el marco de su colaboración con WALA, que comenzó en 1962, aportó el concepto del cuidado de noche libre de grasa y la evaluación de la piel conforme a cuadros cutáneos susceptibles de cambiar.

También llevaron su nombre los productos que salieron al mercado en 1967: Cosmética curativa según Elisabeth Sigmund.

Sí, es correcto. Aunque solo los productos de tratamiento facial y los Polvos de Seda se llamaban así. Aparte de ellos, ya desde 1964 existían algunos productos de tratamiento básico para cuerpo y pies. En 1973, por motivos legales, fue necesario renunciar al atributo «curativo», puesto que, según la ley, solo los medicamentos pueden curar. A pesar de que esa denominación, «cosmética curativa», reflejaba a la perfección el pensamiento original de complementar los medicamentos con productos para el cuidado de la salud. 

Hoy día, Dr. Hauschka ofrece una gama de productos de maquillaje de calidad profesional. El primer impulso para desarrollar una cosmética decorativa surgió por parte de Elisabeth Sigmund. ¿Cómo nació esa idea?

Desde su infancia, Elisabeth Sigmund había sentido pasión por el teatro y así, tanto en Jena como en Estocolmo, parte de su tiempo lo dedicó a la dirección artística. En su círculo de amigos se encontraban muchos actores, y también bailarines para quienes desarrolló el Baño de Salvia, para pies cansados. Como cosmetóloga, supo reconocer lo estresada que estaba la piel de los actores, a quienes se les maquillaba con productos que no eran precisamente lo mejor para la piel. Por ello propuso a WALA desarrollar una cosmética decorativa basada en una idea totalmente novedosa: para ella, la cosmética decorativa no tenía sentido sin un impulso curativo para la piel.  

Entonces, ¿la cosmética decorativa concebida por Elisabeth Sigmund era, en realidad, una serie para el cuidado de la piel?

En cierto modo, sí. Los primeros productos de cosmética decorativa que llegaron al mercado en 1981 fueron las sombras de ojos y pintalabios. Su base nutritiva, al igual que el tratamiento facial, contenía las plantas medicinales más adecuadas. Los productos decorativos fueron, en cierto modo, el resultado de los intereses y las visiones de Elisabeth Sigmund, por eso reúnen lo bello y decorativo con la efectividad del apoyo y el cuidado que ofrece la naturaleza.